Estos siete ingredientes clave se encuentran en todas las iniciativas exitosas de puesta en común de datos. Son la base de una dieta variada y equilibrada. La cantidad (o el énfasis) en cada uno de ellos varía en función de cada iniciativa para el intercambio de datos, al igual que las recetas necesarias para crearlos. 

Cada una de las siete secciones de este recetario contiene "recetas", es decir, métodos y herramientas probados que otros pueden reproducir. 

El intercambio de datos en el sector del desarrollo es un ámbito relativamente nuevo, y existen algunas brechas evidentes en cuanto a conocimientos y experiencia. Por eso, el recetario señala dónde faltan recetas o información sobre ingredientes. Destacar estas brechas ayuda a los aspirantes a cocineros a comprender lo que aún queda por hacer y allana el camino para seguir reflexionando y experimentando.

Factores que influyen en la elección y cantidad de los ingredientes

No existe un enfoque único para el intercambio eficaz de datos entre varias partes. En su lugar, este recetario ofrece sugerencias de ingredientes clave y recetas para inspirar enfoques creativos. 

La importancia (o cantidad) de cada grupo de alimentos, así como las recetas a utilizar, dependen de dos grandes categorías de factores relacionados con:

  • Las características de la iniciativa específica de puesta en común de datos, como las partes interesadas o los sectores implicados, los tipos de datos (es decir, personales, no personales) que se utilizan, la fase en que se encuentra la iniciativa, los objetivos de la asociación, el número de partes interesadas implicadas y la apertura de los datos o de la iniciativa. 
  • El contexto en el que opera la iniciativa de puesta en común de datos, incluido, por ejemplo, el entorno normativo y político, otras partes interesadas dentro de un ecosistema de datos concreto y otros factores contextuales, como si la puesta en común de datos se produce durante una situación de emergencia (por ejemplo, una pandemia o una catástrofe natural) o durante "la actividad habitual".

¿Qué estamos haciendo?

El éxito de la puesta en común de datos depende de que se establezca y mantenga un valor compartido para todos los aliados. Significa que todos los aliados se benefician de la puesta en común de datos en cierta medida y que ningún socio se beneficia desproporcionadamente más que otros. 

Dicho esto, la distribución del valor no es inamovible y puede cambiar con el tiempo, ya sea porque cambian las necesidades y expectativas de los aliados de datos o porque la iniciativa de puesta en común de datos evoluciona en términos de enfoque, actividades y nivel de aportación necesario de los distintos aliados. Al igual que puede ser necesario ajustar la distribución del valor, también es importante que las iniciativas tengan claro su planteamiento inicial y puedan controlar si los beneficios prometidos se materializan para los distintos aliados y en qué medida. Esto les permitirá corregir los desequilibrios y modificar las propuestas de valor a medida que surjan las necesidades. 

Al igual que otros aspectos de la puesta en común de datos, no existe un enfoque único para crear y distribuir la creación de valor. Las recetas para garantizar que los beneficios y el valor se distribuyan de la forma más justa posible pueden adoptar muchas formas, a menudo adaptadas a las necesidades de aliados específicos o a contextos y ecosistemas diferentes. Tres, en particular, surgieron del análisis del panorama en la preparación de este recetario: la reducción de costos, la innovación y el suministro de productos de datos, y la prestación de servicios a medida.

Comprender el valor de compartir datos*

En términos económicos, el valor suele referirse al "valor añadido", es decir, a la diferencia entre los insumos y los resultados de un determinado producto. En el contexto del intercambio de datos entre varias partes, esto se traduce a menudo en centrarse en los beneficios financieros que son relativamente fáciles de cuantificar. A nivel macroeconómico, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por ejemplo, sugiere que la mejora del "acceso e intercambio de datos públicos y privados puede ayudar a generar beneficios sociales y económicos por valor de entre el 1 y el 2,5% del Producto Interior Bruto - PIB (en algunos estudios hasta el 4% del PIB)". A nivel microeconómico, un conocido estudio de Deloitte sobre las repercusiones de la práctica de Transport of London (TfL) de compartir abiertamente datos no personales demostró que las empresas que utilizaban datos de TfL generaban un valor añadido bruto de entre 12 y 15 millones de libras al año, lo que incluía el apoyo directo a unos 500 puestos de trabajo. 


Muchos de los beneficios de compartir datos no son tan fáciles de medir. Para el sector público, las asociaciones para compartir datos pueden reportar diversos y numerosos beneficios sociales. La OCDE destaca, en particular, los efectos positivos sobre la transparencia y la rendición de cuentas, así como el aumento de la autonomía de los usuarios, asociados a una mayor puesta en común de datos. En el caso de las empresas, los beneficios en términos de reputación o conocimiento, como ya se ha comentado, también pueden servir de motivación para participar en asociaciones de intercambio de datos. La OCDE también señala la oportunidad que tienen los proveedores de datos del sector privado de obtener nuevos conocimientos y explotar la innovación impulsada por los usuarios vinculada a la aparición de una comunidad que crea un valor adicional que una organización por sí sola no sería capaz de crear.

*se necesita más investigación, experimentación, intercambio de conocimientos.