La flexibilidad en la gobernanza y las operaciones es difícil de lograr debido a la tensión inherente a la formalización de las formas de funcionamiento para garantizar la confianza de las partes interesadas y la creación de márgenes de maniobra para la aplicación de cambios. Tradicionalmente, las organizaciones han afrontado este reto adoptando procesos de gestión del cambio. Estos hacen referencia a una serie de tareas para lograr una transición fluida de una situación actual a otra nueva sin que ello afecte a las operaciones de intercambio de datos ni disminuya la confianza entre las partes interesadas. Los procesos de gestión del cambio pueden negociarse al principio de una asociación en conversaciones en torno a la gobernanza. Aunque en este estudio no han aparecido ejemplos de modelos de gestión del cambio en asociaciones de intercambio de datos dentro del sector del desarrollo, las conversaciones con los expertos sugieren que se trata de una opción pertinente para las iniciativas de intercambio de datos concebidas para durar.
Desde una perspectiva arquitectónica, los expertos coinciden en que algunos de los mayores retos son la escalabilidad de la infraestructura existente y cómo financiar las actualizaciones de las tecnologías de la información (TI) en el futuro. En este sentido, hay consenso sobre la importancia de desarrollar planes de TI escalables desde el principio de una iniciativa, previendo cómo evolucionarán las necesidades de TI en función, por ejemplo, de un mayor número de usuarios de datos o de la aparición de nuevas tecnologías y estándares. Por ejemplo, la adopción de interfaces de programación de aplicaciones obligó a actualizar gran parte de la infraestructura de datos abiertos existente para dar cabida a una forma distinta de consumir los datos por parte de los usuarios. En los últimos años, las interfaces de programación de aplicaciones han facilitado el acceso y el uso de los datos por parte de desarrolladores y programadores, reduciendo la necesidad de descargar archivos o r papeleo.
Ninguna persona o iniciativa de intercambio de datos puede predecir el futuro. Pero anticiparse para planificar las actualizaciones necesarias de la infraestructura ayuda a clarificar las futuras necesidades de financiación y garantiza que la iniciativa siga siendo relevante para las partes interesadas y los usuarios.
Reutilizar las iniciativas de intercambio de datos para afrontar nuevos retos
La experiencia de la Campaña de Datos Abiertos de Microsoft demuestra lo importante que es introducir flexibilidad y cambios en las colaboraciones para compartir datos.
Una de sus asociaciones facilitadas tenía por objeto vigilar la calidad del aire en el Reino Unido y en ella participaba el Instituto Alan Turing, el centro nacional británico de ciencia de datos e inteligencia artificial. Tras la aparición de la pandemia COVID-19, este proyecto se reorientó rápidamente para ayudar a las autoridades londinenses a medir el impacto de las restricciones de cierre en la ciudad. El Instituto Alan Turing lo hizo desplegando la infraestructura del estudio de la calidad del aire para medir la "actividad" de la ciudad y la respuesta pública a las intervenciones gubernamentales.
Aunque esta no era la intención original de la colaboración, los flujos de datos ya se habían puesto en marcha y la infraestructura de datos era capaz de generar información relevante para la crisis de COVID. Los altos niveles de confianza entre los aliados de datos permiten tal flexibilidad.