Un intercambio de datos eficaz y fiable debe estar claramente arraigado en los valores de la sociedad y responder a las estándares éticas y operativas más estrictas. 

En los últimos dos años, más de 350 personas y organizaciones de más de 60 países han participado en un proceso de consulta pública que ha desembocado en el lanzamiento del Manifiesto #DataValues, en el que se insta a gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, donantes y otros agentes a introducir cambios positivos en la financiación, el diseño, la gestión y el uso de los datos. Sus cinco llamamientos a la acción y los datos recogidos para su libro blanco de apoyo, "Reimagining Data and Power", muestran que los profesionales del desarrollo desean realmente establecer un intercambio de datos ético y basado en valores.

Los valores y la ética pueden integrarse en la gobernanza de las iniciativas y sus operaciones de muchas maneras diferentes, como a través de marcos éticos o estructuras de gobernanza específicas.

Marcos éticos y directrices

Diversos marcos y directrices pueden ayudar a las iniciativas de puesta en común de datos a interrogarse sobre la ética de su gobernanza y sus operaciones. Algunos son de aplicación general, mientras que otros se adaptan a tipos de datos o contextos específicos.

El Open Data Institute, por ejemplo, ha desarrollado el Data Ethics Canvas, una herramienta para identificar y gestionar las cuestiones éticas en los proyectos de datos. Esta herramienta proporciona un marco para desarrollar orientaciones éticas que se adapten a las iniciativas de intercambio de datos, independientemente de su alcance, tamaño o sector.

En 2021, la Data for Children Collaborative publicó su Marco de Evaluación Ética. Este documento reconoce que los niños tienen vulnerabilidades específicas cuando se trata de datos y que, en este contexto, "ofrecer un proyecto de Datos para Niños ético requiere algo más que el cumplimiento legal." El marco proporciona una hoja de ruta, que incluye una serie de preguntas que deben responderse en la fase inicial, durante el proyecto y en la fase final, con el objetivo de navegar éticamente por todas las actividades.

El Centro de Datos Humanitarios de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH) ha elaborado recientemente las Directrices sobre responsabilidad de los datos, un conjunto de principios, procesos y herramientas para apoyar la responsabilidad de los datos en la labor humanitaria de la OCAH. Este documento ofrece la norma mínima a seguir para la responsabilidad de los datos en toda la OCAH y reconoce los grandes riesgos que la gestión irresponsable de los datos supone para unas comunidades ya de por sí vulnerables.

Consejos y comités de evaluación ética

Desde 2020, la Data-Pop Alliance ha incluido un Consejo para la Orientación del Desarrollo y la Ética, o CODE, en la mayoría de sus proyectos. Un CODE es un grupo de partes interesadas independientes que comparten voluntariamente su experiencia en áreas de relevancia directa para un proyecto. Como grupo consultivo, supervisa que un proyecto respete los principios éticos fundamentales, incluido el uso justo y seguro de los datos y las preocupaciones locales específicas del contexto. Los CODE suelen estar formados por unos 10 expertos locales del mundo académico, la sociedad civil, el gobierno y la empresa privada. La función consultiva de los miembros de los CODE no es jurídicamente vinculante. No obstante, los equipos de ejecución de proyectos tienen muy en cuenta sus comentarios e integran las recomendaciones de los CODE siempre que es posible.

Cuando Dalberg Data Insights empezó a trabajar con el Gobierno belga en el uso de datos de telecomunicaciones anonimizados y datos de incidencia localizados para supervisar el impacto de las medidas de bloqueo durante la pandemia COVID-19, creó un Comité de Ética compuesto por expertos de distintas disciplinas y procedencias. Este grupo de expertos supervisó el proyecto durante todo su ciclo de vida y se encargó de plantear cualquier problema ético. El papel del comité fue especialmente importante teniendo en cuenta tanto la urgencia de la situación como las limitaciones que las restricciones de COVID-19 planteaban a la hora de recabar opiniones del público.